Durante las últimas décadas, han proliferado en la Unión Europea una gran cantidad de compuestos desinfectantes especialmente diseñados para la limpieza y desinfección tanto de la industria alimentaria como de las distintas zonas y lugares de riesgo, tales como hospitales, residencias, guarderías…
Estos compuestos se han ido añadiendo a otros tradicionalmente utilizados, como el cloro, los amonios cuaternarios o el alcohol. Sin embargo, con la llegada de la pandemia mundial del virus SARS-CoV2, hemos experimentado una vuelta a los orígenes. Se ha observado como desde las instituciones sanitarias tanto españolas como europeas y mundiales, se ha recomendado la utilización de productos desinfectantes en base a hipoclorito, alcohol o amonios cuaternarios.
En este contexto, el amonio cuaternario ante la evidencia de su potentísimo efecto desinfectante frente a la Covid-19, ha experimentado un fuerte crecimiento en su demanda por varios factores, como la subida de precio y falta de suministro del alcohol (que complicó el suministro de productos basados en el mismo) y las limitaciones de sobra conocidas de los productos clorados en instalaciones no preparadas para su uso (oxidación de superficies, daño de materiales, generación de vapores o riesgo de mezcla con amoniaco por la formación de cloruro amónico).
Los amonios cuaternarios, como el cloruro de benzalconio o el cloruro de didecildimetilamonio son unos biocidas conocidos desde los años 40 y comúnmente presentes en la formulación de desinfectantes, pero también en otros productos como dentífricos, antisépticos, inhibidores de malos olores, suavizantes o incluso en champús. Son un tensioactivo catiónico común con un efecto biocida de amplio espectro asociado. Por ello, están ampliamente estudiados y autorizados por la Unión Europea, la cual estableció límites máximos de presencia de estos compuestos en los alimentos pese a que el aclarado sea obligatorio en cualquier superficie que pueda estar en contacto con alimentos.
Algunos países, como Reino Unido que limitaron en los últimos años su consumo por la posible presencia de residuos, están volviendo progresivamente a utilizarlos ante sus evidentes ventajas y su economía de uso.
Debemos tener en cuenta que el amonio cuaternario es un compuesto de demostrada eficacia bactericida, fungicida y viricida. Además entre las bacterias frente a las que presenta actividad, se encuentran la Listeria Monocytogenes, de la cual hemos hablado en otros post y que es causante de la listeriosis, enfermedad de elevado riesgo sanitario y de especial preocupación en el sector de la industria alimentaria y la restauración para colectividades.
Todo ello ha provocado que dichos productos químicos dispongan con cierta frecuencia de los ensayos de eficacia según las normas EN-14476 y EN-13697 que regulan respectivamente la eficacia viricida y bactericida/fungicida de los desinfectantes de superficies.
En Induquim disponemos de un amplio abanico de productos desinfectantes en base amonio cuaternario para cubrir todas las necesidades de desinfección manteniendo las principales virtudes de dichos productos
-Respeto por las superficies y materiales blandos
-No generan oxidación de materiales
-No generan vapores
-Se pueden aclarar con agua fácilmente
-Amplio espectro biocida
-Facilidad de uso respetando los EPI´S necesarios
-Baja dosificación
Por ello, ponemos a su disposición productos biocidas en base amonio cuaternario para cubrir todas las necesidades de limpieza y desinfección
–DESNIGRAS: Uso directo como desengrasante desinfectante de superficies alimentarias
–H-331: Desengrasante desinfectante para diluir y utilizar manualmente o con equipos de espuma tanto en industria como en colectividades
–BIOFRESH BAC: Limpiador desinfectante perfumado para diluir en cubo o pistola y utilizar en colectividades como residencias, guarderías o colegios para limpieza general
–I-569: Desengrasante desinfectante industrial con espuma controlada para máquina fregadora
En Induquim, como expertos en biocidas para la lucha contra las distintas enfermedades, ponemos a su disposición nuestros productos, sistemas y conocimientos.
¿Te unes a la revolución sanitaria?
Dejar un comentario